La economía circular es una de las estrategias más exitosas para lograr acompasar las actividades humanas con las necesidades del planeta. Una fórmula aplicable a prácticamente todos los ámbitos y en la que pueden participar administraciones, empresas privadas, entidades del tercer sector y los propios ciudadanos a nivel particular.
De todos esos actores, uno particularmente importante, por la cantidad de recursos naturales que utiliza y los residuos que genera, es el tejido empresarial. Cada vez son más las organizaciones que emprenden ese camino de transformación circular por su propia iniciativa y plenamente convencidas de sus ventajas. ¿La razón? Se han dado cuenta de que la economía circular no solo aporta beneficios al medioambiente, sino también a ellas mismas en términos reputacionales, operativos y económicos. La pregunta es: ¿cómo afrontar ese cambio de modelo? Estos son los principales objetivos de la Economía Circular en el sector empresarial.
¿Cuáles son los objetivos de la economía circular?
Antes de adentrarse en los territorios propios de la empresa, conviene partir de cuáles son esos objetivos generales que se plantea la economía circular.
Según, la Fundación Ellen MacArthur –uno de los grandes referentes mundiales en economía circular–, la economía circular es «un marco de soluciones sistémicas que hace frente a desafíos globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, los residuos y la contaminación». Este marco se basa en tres principios fundamentales (1):
- Eliminar los residuos y la contaminación.
- Circular los productos y materiales (en su valor más alto).
- Regenerar la naturaleza.
De manera más general, se podrían enumerar como objetivos de la economía circular las siguientes metas:
- Reducir la extracción y uso de recursos naturales, como agua o materias primas primarias, mediante un uso más eficiente de materiales y energía.
- Impulsar el reciclaje tanto de materiales como de sus residuos, de manera que puedan tener una segunda vida y retornar al ciclo productivo.
- Alargar la vida útil de los productos promoviendo la reparación, la durabilidad, la reutilización y la lucha contra la obsolescencia programada.
- Reducir los residuos mediante una gestión eficiente, responsable y sostenible de los mismos.
- Regenerar los ecosistemas, alineándose con el medioambiente y trabajando para regenerar y optimizar suelos, recursos hídricos y contribuir a recuperar biodiversidad.
En 2021 la Fundación Ellen MacArthur publicó sus objetivos universales de políticas para la economía circular (2), que incluían cinco áreas clave de enfoque político para desarrollar, desplegar y ampliar las soluciones de economía circular en todos los sectores y en todo el mundo. Estos cinco objetivos son:
- Estimular el diseño para una economía circular.
- Gestionar recursos para preservar el valor.
- Crear las condiciones económicas favorables para la transformación.
- Invertir en innovación, infraestructuras y competencias.
- Promover la colaboración para el cambio de sistema.
Los principales objetivos de la economía circular para empresas
¿Cómo se adaptan estos objetivos generales de la economía circular a las necesidades y particularidades de las empresas? El Parlamento Europeo aporta una definición de la economía circular que interpela directamente al tejido empresarial. Dice el organismo europeo que la economía circular «es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende» (3).
Este mensaje está calando cada vez más entre las compañías. Un paper del Pacto Mundial de 2021 desvelaba que un 43% de las empresas españolas ya estaban impulsando entonces procesos de economía circular, porcentaje que se elevaba hasta el 86% entre las compañías del IBEX-35 (4).
En 2017 el Gobierno de España impulsó el Pacto por una Economía Circular (5), cuyo objetivo era internalizar los principios de la economía circular en el ámbito de la empresa. Un pacto que sigue vigente hoy y del que actualmente forman parte más de 400 compañías.
Los firmantes de este pacto se comprometieron a impulsar la transición hacia una economía circular mediante las siguientes acciones:
- Avanzar en la reducción del uso de recursos naturales no renovables, reutilizando en el ciclo de producción los materiales contenidos en los residuos como materias primas secundarias, siempre y cuando quede garantizada la salud de las personas y la protección del medio ambiente.
- Impulsar el análisis del ciclo de vida de los productos y la incorporación de criterios de ecodiseño, reduciendo la introducción de sustancias nocivas en su fabricación, facilitando la reparabilidad de los bienes producidos, prolongando su vida útil y posibilitando su valorización al final de ésta.
- Favorecer la aplicación efectiva del principio de jerarquía de los residuos, promoviendo la prevención de su generación, fomentando la reutilización, fortaleciendo el reciclado y favoreciendo su trazabilidad.
- Promover pautas que incrementen la innovación y la eficiencia global de los procesos productivos, mediante la adopción de medidas como la implantación de sistemas de gestión ambiental.
- Promover formas innovadoras de consumo sostenible, que incluyan productos y servicios sostenibles, así como el uso de infraestructuras y servicios digitales.
- Promover un modelo de consumo responsable, basado en la transparencia de la información sobre las características de los bienes y servicios, su duración y eficiencia energética, mediante el empleo de medidas como el uso de la ecoetiqueta.
- Facilitar y promover la creación de los cauces adecuados para facilitar el intercambio de información y la coordinación con las administraciones, la comunidad científica y tecnológica y los agentes económicos y sociales, de manera que se creen sinergias que favorezcan la transición.
- Difundir la importancia de avanzar desde la economía lineal hacia una economía circular, fomentando la transparencia de los procesos, la concienciación y sensibilización de la ciudadanía.
- Fomentar el uso de indicadores comunes, transparentes y accesibles que permitan conocer el grado de implantación de la economía circular.
- Promover la incorporación de indicadores del impacto social y ambiental derivados del funcionamiento de las empresas, para poder evaluar más allá de los beneficios económicos que se generen en las mismas, como consecuencia de su compromiso con la economía circular.
Cómo implementar los objetivos de la economía circular en tu negocio
Llevar estos principios y objetivos a la operativa diaria de las compañías e integrarlos en sus sistemas productivos es, sin duda, el gran desafío al que se enfrentan las organizaciones.
El mencionado paper del Pacto Mundial (6) traza un itinerario para ayudar a las empresas a recorrer ese camino. El mismo consta de los siguientes pasos:
1. Comprometerse con la economía circular e integrarla de manera transversal en toda la cadena de valor. Abrazar la economía circular exige un compromiso firme desde la alta dirección. La integración debe plasmarse en la estrategia, procesos y cultura corporativa e involucrar a la plantilla en su implantación. Es, además, importante comunicar estos esfuerzos para fortalecer la relación con los grupos de interés y medir los progresos con datos e indicadores fiables.
2. Establecer objetivos específicos. Para pasar del compromiso a los hechos, la empresa debe comprometerse a movilizar, en un periodo de tiempo concreto, recursos humanos y económicos suficientes para llevar a cabo una serie de medidas concretas. Estos compromisos deben ser realistas, pero a la vez ambiciosos y con capacidad para generar impactos reales en el desempeño sostenible de la empresa.
3. Contribuir al cambio creando bucles de ambición. El marco normativo debe apoyar la transición a modelos circulares y las empresas pueden y deben participar en el debate público que impulse el cambio. Las alianzas con otras empresas, patronales o asociaciones empresariales son clave para amplificar el mensaje y crear hojas de ruta que permitan avanzar hacia la circularidad.
4. Colaborar con los grupos de interés a lo largo de la cadena de valor. Una empresa tiene muy difícil realizar la transición hacia un modelo circular en solitario. La adopción de un enfoque circular en la cadena de valor permite identificar dónde se encuentran las oportunidades de mejora, qué acciones pueden impulsarse para aprovecharlas y qué grupos de interés deben liderar o participar en estas acciones.
5. Desarrollar un modelo de negocio circular. Finalmente, la empresa tiene que ser capaz de innovar y crear valor con el foco puesto en la sostenibilidad. Aunque no existe una fórmula única, el modelo de negocio resultante debe partir de, por un lado, desacoplar los ingresos de la dependencia de las materias primas vírgenes y, por otro, desarrollar un sistema de recuperación y reciclaje que ayude a generar la menor cantidad de residuos posibles.
Cómo los objetivos de la economía circular están transformando el mundo empresarial
La economía circular está redefiniendo por completo la manera en que las empresas afrontan los negocios. Algunas de estas transformaciones son:
- Nuevas oportunidades y fuentes de ingresos. El esfuerzo en innovación que implica la inmersión en los modelos de economía circular tiene réditos directos en la capacidad empresarial para generar nuevos productos y servicios que respondan con mayor agilidad y precisión a las nuevas demandas del mercado.
- Ahorro de costes operativos. El ahorro de materiales y recursos minimiza los costes de producción. Según la Fundación Ellen MacArthur, SUN y McKinsey, la adopción de un modelo económico circular podría suponer un aumento en el PIB europeo del 11% para 2030 y de un 27% para 2050, en comparación con el 4% y el 15% en el escenario de desarrollo actual lineal.
- Atrae las inversiones responsables y facilita el acceso a nuevas fuentes de financiación. La creciente sensibilización social por las cuestiones medioambientales y la madurez de los mercados de inversiones responsables hace que los inversores centren su atención en las carteras sostenibles.
- Mejora de la reputación y la competitividad empresarial. Incorporar objetivos de economía circular tiene un efecto positivo tanto entre la opinión pública, que percibe a esa empresa como comprometida con el entorno, como en los mercados, a los que traslada un mensaje positivo de compañía adaptada a las actuales coordenadas de los negocios.
- Cumplimiento normativo. La incorporación de objetivos de la economía circular en el sector empresarial constituye en sí misma una garantía legal frente a una cada vez más prolija, compleja y exigente legislación ambiental, tanto a nivel europeo como nacional. De esta forma, las empresas evitan multas y otros problemas legales por posibles incumplimientos.
- Resiliencia empresarial. La economía circular disminuye los riesgos empresariales. Tanto los derivados de posibles problemas ambientales por residuos o contaminación, como los económicos que puedan surgir por circunstancias ajenas a la empresa, como las tensiones geopolíticas o el encarecimiento de la energía o de las materias primas. De esta forma, la compañía se hace más resiliente y adaptable ante cambios bruscos de las circunstancias del mercado.
Referencias
(1) https://www.ellenmacarthurfoundation.org/es/temas/presentacion-economia-circular/vision-general
(2) https://www.ellenmacarthurfoundation.org/es/objetivos-universales-de-politicas/vision-general
(4), (6) https://www.pactomundial.org/biblioteca/whitepaper-economia-circular/
