Análisis del ciclo de vida huella ecológica: huella de carbono y huella hídrica

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La norma ISO 14040 define el análisis de ciclo de vida como “una técnica para determinar los aspectos ambientales e impactos potenciales asociados a un producto: compilando un inventario de las entradas y salidas relevantes del sistema, evaluando los impactos ambientales potenciales asociados a esas entradas y salidas, e interpretando los resultados de las fases de inventario e impacto en relación con los objetivos del estudio”.

Ciclo de vida de la huella ecológica

Los ACV analizan todo tipo de cargas ambientales a lo largo de las distintas etapas del producto, desde la extracción de las materias primas hasta el final de su vida útil. Dentro de estos análisis se pueden analizar las categorías de impacto ambiental y la huella ecológica definidas en la Recomendación de la Comisión Europea de 9 de abril de 2013, entre las que se incluyen:

 

  • Cambio climático
  • Agotamiento de la capa de ozono
  • Ecotoxicidad para sistemas de agua dulce
  • Toxicidad humana con efectos cancerígenos
  • Toxicidad humana sin efectos cancerígenos
  • Partículas o sustancias inorgánicas con efectos respiratorios
  • Radiación ionizante
  • Formación fotoquímica de ozono
  • Acidificación
  • Eutrofización terrestres
  • Eutrofización acuática
  • Agotamiento de los recursos acuáticos
  • Agotamiento de los recursos minerales fósiles
  • Transformación de la tierra

 

Otros dos indicadores que pueden incluirse dentro del análisis de ciclo de vida de la huella ecológica son la huella de carbono y la huella hídrica. Se trata de herramientas de diagnosis ambiental cuantitativas con las que identificar los efectos medioambientales provocados a lo largo del ciclo de vida de un producto.

 

 

Huella de Carbono

 

La consultoría climática Carbon Trust define la Huella de Carbono como “la medida de la cantidad de emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) producidas directa o indirectamente por personas, organizaciones, productos o eventos”.

 

Este indicador incluye la cantidad de CO2 equivalente. La ‘Guía para el cálculo de la huella de carbono y para la elaboración de mejora de una organización’ elaborada por el Ministerio para la Transición ecológica define el CO2 equivalente como “una unidad universal de medida que indica el potencial de calentamiento global (PCG) de cada uno de los gases efecto invernadero, expresado en términos del PCG de una unidad de dióxido de carbono”. Se utiliza para evaluar la liberación (o el evitar la liberación) de diferentes gases efecto invernadero, como el dióxido de carbono, el metano, el óxido de nitrógeno y el ozono.

 

La medición de la huella de carbono ayuda a las empresas a tomar decisiones relacionadas con el uso energético realizado durante los procesos productivos y cuál es su efecto en el entorno, así como a identificar los medios y tecnologías necesarias para disminuir este impacto. En las normas ISO 14040 y 14044 se desarrolla la metodología para poder realizar el cálculo de la huella de carbono.

 

Para esto es necesario realizar un inventario en el que se registren todos los datos de utilización de recursos materiales o energéticos, de transporte y generación de residuos.

 

Huella hídrica

 

El concepto de huella hídrica fue introducido por Arjen Hoekstra y Hung, de UNESCO-IHE en 2002, como un indicador alternativo del consumo de agua. Este indicador se regula en la norma ISO 14046 en la que se define como la recopilación y evaluación de las entradas, salidas y potenciales impactos ambientales relacionados con el agua utilizada o afectados por un producto, proceso y organización.

 

Este indicador se calcula para identificar el impacto -tanto de consumidores como de productores- y recoge tanto los volúmenes de consumo de agua como los contaminados. En él se reconocen distintos tipos de agua:

 

  • Huella hídrica azul: volumen de agua dulce consumida de los recursos hídricos del planeta (aguas superficiales y subterráneas).
  • Huella hídrica verde: volumen de agua evaporada de los recursos hídricos del planeta (agua de lluvia almacenada en el suelo como humedad).
  • Huella hídrica gris: volumen de agua contaminada que se asocia con la producción de los bienes y servicios.

 

Para el cálculo de la huella hídrica, según establece la norma ISO 14046:2014, deben establecerse las siguientes fases: definición de objetivos y alcance, análisis del inventario de la huella hídrica, evaluación del impacto e interpretación de los resultados.

 

Este indicador permite identificar la etapa del ciclo de vida de un producto en el que se consume agua y el tipo de agua que se está consumiendo. Por otro lado, también ayuda a lograr una mayor eficiencia en la gestión del agua a nivel de productos, procesos y organizaciones.

 

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