El reciclaje del metal, una oportunidad sostenible para las empresas
Ni la humanidad ni sus empresas pueden seguir permitiéndose el lujo de seguir desperdiciando recursos como si estos fueran inagotables o como si hacerlo no implicara un enorme coste, tanto económico como ambiental. Los expertos han llamado «economía circular» a un nuevo modelo económico que trata de detener la espiral de despilfarro transformando el clásico sistema lineal de extraer-producir-desechar por uno basado en el reaprovechamiento de recursos y materias primas. Esta revolución circular, que no deja de crecer, abarca todo tipo de ciclos productivos y de consumo, y tiene en el reciclaje de materiales uno de sus elementos centrales. Uno de esos campos en los que está ofreciendo grandes oportunidades sostenibles para las empresas, especialmente del ámbito industrial, es el del reciclaje del metal.
¿Por qué el reciclaje de metal es clave para la industria moderna?
El reciclaje del metal se ha convertido en una palanca de innovación, eficiencia y ahorro de costes para la industria del presente y del futuro. Permite a empresas de sectores como metalurgia, automoción, construcción, electrónica, industria naval, maquinaria pesada o energías renovables, entre otros muchos, reutilizar materiales con un alto valor energético y económico tras su uso.
De esta forma, donde antes había un doble problema, la generación y gestión de residuos y la necesidad de extraer nuevas materias primas para seguir produciendo, ahora las empresas lo que tienen es una solución única para ambos: la transformación de esos residuos metálicos en nuevas materias primas a través del reciclaje.
Las innovaciones tecnológicas han permitido que la chatarra metálica haya dejado de ser considerada como un «residuo», pasando a recibir el tratamiento de «recurso», en concreto, uno fundamental para el futuro de una industria sostenible y circular.
Beneficios económicos de reciclar metal en empresas
En términos económicos las ventajas del reciclaje del metal se traducen en:
- Ahorro de compra de materias primas. Es la consecuencia económica más elemental. El reciclaje de metales permite ahorrar en la compra de materia prima virgen.
- Reducción de costes operativos. El uso de material reciclado supone menos etapas de tratamiento del metal en los procesos industriales, lo que se traduce en menores consumos energéticos y menores costes de producción.
- Estabilidad en el suministro. Para aquellas empresas que son capaces de reciclar sus propios residuos metálicos para que sean reutilizados en nuevos procesos productivos, esta vía les otorga una forma fiable y estable de conseguir materia prima, más allá de los vaivenes del mercado, lo que les permite reducir su dependencia de los mercados internacionales y su exposición a situaciones de crisis de suministro externo o incrementos significativos de precio.
En ese sentido, el World Economic Forum advierte de que la dependencia de mercados como China para el acceso a metales críticos se ha convertido en una de las grandes preocupaciones en Europa (1).
- Ingresos adicionales. Las empresas que reciclan sus propios residuos de metal también pueden encontrar una fuente de ingresos adicionales a través de la venta de su excedente en forma de chatarra.
- Cumplimiento normativo. El reciclaje del metal ayuda a las empresas a cumplir con una legislación nacional y europea cada vez más estricta en materia de residuos, lo que ayuda a evitar multas y sanciones. Es de hecho, una de las vías que está permitiendo a la industria automovilística reutilizar, recuperar o reciclar el 95% de cada vehículo, cumpliendo así con la normativa europea que marca la Directiva 2000/53/CE) (2)
Impacto ambiental positivo del reciclaje industrial de metales
También en el plano ambiental el reciclaje de metales ofrece grandes beneficios. Algunos de ellos son:
- Menores consumos energéticos. Se estima que el procesamiento de metales reciclados consume hasta un 95% menos de energía del que se usa con procesos de producción primaria.
- Menor huella de carbono. Según el World Economic Forum (3) el acero y el aluminio juntos representan casi el 10% de las emisiones mundiales de Co2. Se estima que la producción secundaria de aluminio tiene una huella de carbono entre cinco y 25 veces menor que la producción primaria. Mientras que, en el caso del acero, las emisiones pueden reducirse a la mitad.
- Reducción de residuos. El reciclaje de metal también se traduce en menor volumen de residuos que terminan en vertederos.