El 12 de febrero de 2025 entró en vigor este Reglamento, que resultará aplicable 18 meses más tarde, y que pretende prevenir la generación de residuos de envases, impulsar un reciclaje de alta calidad y crear un mercado sólido para las materias primas secundarias. Además, establece requisitos de sostenibilidad, restricciones a determinadas sustancias químicas y criterios armonizados para los sistemas de responsabilidad ampliada del productor, el etiquetado de envases y los requisitos de información, entre otros aspectos.