¿Qué es “basuraleza” y por qué es importante conocer el término?

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Sucede muy raramente –pero cuando lo hace es algo muy poderoso– que hay términos que tienen la habilidad de concitar la atención de las personas y movilizarlas en una determinada dirección. Es como si esa palabra, frase, eslogan, metáfora, juego de palabras o constructo conceptual activara algún tipo de mecanismo en la voluntad de quien lo lee o quien lo escucha que desencadena mucha más actividad que cualquier política, campaña o programa educativo dirigido a ese mismo fin. No importa si el término se refiere a una situación completamente novedosa o si hace referencia a una problemática sobradamente conocida pero que, por alguna razón, ha quedado relegada al final de la lista de prioridades de la opinión pública. De repente, llega ese feliz ‘palabro’ que hace ‘clic’ en la conciencia general y todo cambia. Son fórmulas que, como los ODS de Naciones Unidas, sintetizan en un único concepto, comprensible y fácil de recordar, problemáticas complejas y con muchas ramificaciones. Uno de esos ‘hits’ de la comunicación persuasiva en el ámbito de la sostenibilidad que ha logrado calar con fuerza en la sociedad es el término “basuraleza

 

¿Qué es basuraleza?

 

Basuraleza son los residuos abandonados o desechados en entornos naturales, como playas, bosques, ríos y montañas, es decir, la basura que la acción humana, por descuido, irresponsabilidad o accidente, deja en entornos naturales.

La basuraleza provoca graves perjuicios medioambientales para la biodiversidad, los ecosistemas y la salud. Un ejemplo: el 80% de los residuos que acaban en los océanos procede de littering (de “tirar basura” en inglés) terrestre, según el Proyecto Libera.

Además, la basuraleza no solo afecta a los entornos naturales o rurales, sino que también está presente en las ciudades. Los vertederos ilegales y los espacios públicos, como parques y jardines descuidados, pueden generar focos de contaminación y deterioro del paisaje urbano.

Conocer el concepto de basuraleza e incorporarlo de manera activa a los hábitos cotidianos, tanto en el ámbito profesional como en el personal, es fundamental para revertir el daño a los ecosistemas, un problema cuyas ramificaciones van mucho más de la estética, es altamente contaminante y que, literalmente, amenaza la vida sobre el planeta. Tenerlo presente e interiorizado nos ayuda a evitar seguir generando basuraleza y a tratar de mitigar los efectos de la ya generada. Y es que todo problema es más fácil de abordar cuando existe un término preciso que lo designe, lo identifique y lo sitúe de manera natural en el centro del debate.

 

¿Cómo nació el término basuraleza?

 

El término “basuraleza” fue acuñado por el Proyecto Libera, una iniciativa conjunta de SEO/BirdLife y Ecoembes en España. Nació en 2017 como parte de una campaña de sensibilización para combatir la contaminación por residuos en la naturaleza. La nueva palabra servía para designar de manera específica la basura que se abandona en los espacios naturales y fue presentada en sociedad el 3 de marzo de 2018, coincidiendo con el Día Mundial de la Vida Silvestre. La campaña se alineaba con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 12 (Producción y consumo responsables), 14 (Vida submarina), 15 (Vida de ecosistemas terrestres) y 17 (Alianzas para lograr los objetivos).

 

El Objetivo de poner nombre a la basura abandonada

 

Aunque el objetivo inicial de la iniciativa no era particularmente ambicioso –simplemente, pretendía llamar la atención sobre el impacto negativo de la basura en los ecosistemas y resaltar la importancia de la responsabilidad ciudadana en su prevención y limpieza–, muy pronto el concepto “basuraleza” superó sus propias expectativas y pasó a formar parte del vocabulario cotidiano de ciudadanos, instituciones, empresas, medios de comunicación, académicos y escritores. Prueba de la rápida expansión del término, es que ya está recogido en plataformas de consulta tan populares como Wikipedia o la Fundéu BBVA, y también ha entrado en libros de texto educativos de editoriales tan prestigiosas como Santillana o Hachett. Hoy se puede afirmar, sin exagerar un ápice, que el imaginario colectivo ha asimilado la contaminación por residuos de los espacios naturales a través de la palabra basuraleza.

El siguiente paso de sus artífices ha sido pedir formalmente que basuraleza sea incluida en el diccionario de la RAE, para lo cual se ha creado la campaña #RecojamosBasuraleza, que se articula a través de una landing page y redes sociales.

 

Basuraleza y el Proyecto Libera en cifras

 

Desde su arranque en 2017, el proyecto Libera ha logrado significativos avances en su lucha global contra la basuraleza. Unos logros que se pueden contabilizar tanto en las toneladas de residuos retirados de los entornos naturales, como en el creciente número de apoyos que ha conseguido recabar para esta importante labor. Y es que la cantidad de voluntarios individuales, empresas, instituciones, Administraciones y otras entidades que se han sumado a la iniciativa haciendo suyos sus objetivos no ha dejado de crecer a lo largo de todo este tiempo. Solo en el año 2022, se incorporaron a la red Libera 274 nuevas entidades.

 

Estas son las grandes cifras de la “basuraleza” en España

 

Desde 2017:

  • 281 voluntarios
  • 560 residuos caracterizados
  • 243 entidades y organizaciones participantes
  • 563,3 toneladas de basura recogidas
  • 504 puntos limpios de basuraleza

 

En 2022:

  • 844 voluntarios
  • 454 residuos caracterizados
  • 297 actuaciones en espacios naturales
  • 758 puntos libres de basuraleza
  • 679 señales en espacios naturales
  • 74 aparcamientos de espacios naturales

 

Ejemplos de basuraleza y consecuencias

 

La basuraleza supone una catástrofe silenciosa en los ecosistemas, pero ni mucho menos invisible. Existen numerosos ejemplos de contaminación de los entornos naturales debido a residuos provocados por la acción humana que, sin embargo, al ser tan heterogéneos y dispersos, no siempre se identifican como variantes de una misma problemática. Basuraleza consigue integrar todas esas variedades en un gran contenedor conceptual del desastre ecológico.

Entre los ejemplos de basuraleza que pueden citarse figuran plásticos y envases abandonados en playas y bosques, residuos de picnic dejados en parques naturales, colillas de cigarrillos tiradas en áreas arboladas, vertederos ilegales en espacios rurales o toallitas, compresas, bastoncillos de los oídos y otros restos de productos de aseo arrojados al inodoro, desde donde terminan en ríos y mares. Esta interminable lista de desechos no solo arruina la belleza natural del entorno, sino que también representa una seria amenaza para la fauna y flora autóctonas.

 

Qué no es basuraleza

 

Como ya se ha señalado, el término basuraleza se refiere específicamente a los desechos abandonados o arrojados de manera irresponsable en entornos naturales. Por el contrario, no incluye aquellos residuos que se depositan en contenedores de basura apropiados y específicamente diseñados para ello, ni aquellos gestionados correctamente a través de sistemas de recogida y reciclaje, es decir, los gestionados por los diferentes Sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP), como el de Ecoembes.

 

¿Qué proyectos hay vinculados a la basuraleza?

 

Distintas iniciativas trabajan activamente para abordar el problema de la basura en la naturaleza. Por supuesto, uno de los más destacados es el Proyecto Libera, al que corresponde la autoría del concepto de basuraleza.  Este proyecto ataca el problema de la basuraleza desde la colaboración, para lo cual promueve las sinergias y la interacción entre la sociedad civil, el sector empresarial y las Administraciones públicas. El Proyecto Libera pone el foco en la prevención, la limpieza y la concienciación, involucra a voluntarios en la recogida de residuos y desarrolla acciones de educación ambiental.

Pero, como es lógico, la basuraleza ni es un problema exclusivamente de España, ni surgió de la nada en el año 2017. Es un drama ecológico de alcance global que lleva preocupando y ocupando al mundo desde hace décadas. De hecho, la acción conjunta y coordinada entre distintos agentes es una de las claves para luchar contra esta lacra, y ese networking incluye la colaboración activa entre Gobiernos y organizaciones de distintos países.

Existen numerosos ejemplos de otras iniciativas desarrolladas fuera de nuestras fronteras que comparten ese mismo objetivo de concienciar, prevenir y limpiar los residuos abandonados en espacios naturales. Uno de esos proyectos globales que comparte objetivos con el Proyecto Libera es Clean Up the World. Esta iniciativa tiene carácter anual y moviliza la participación de voluntarios individuales, colectivos y empresariales en acciones de limpieza y concienciación para preservar el medioambiente.

Otro proyecto interesante es Upcicling the Ocean, liderado por la Fundación Ecoalf y en el que Ecoembes participa aportando, entre otras cosas, su gran experiencia en reciclaje. La iniciativa centra sus esfuerzos en la recolección y eliminación de los residuos marinos para transformarlos y darles una segunda vida. Y es que se estima que cada año llegan al mar ocho millones de toneladas de basura, unos residuos masivos que amenazan a los sistemas marinos y a su diversidad. Gracias a esta iniciativa y a la labor altruista de 2.600 pescadores, en 2022 se recuperaron 189.844 kilos de residuos de los fondos marinos españoles.

 

Proyecto Libera y su función

 

El Proyecto Libera se ha convertido en un referente en la gestión de la basuraleza. A través de diversas iniciativas, promueve la participación ciudadana en la limpieza de espacios naturales, impulsa investigaciones científicas para comprender mejor el problema y fomenta la educación ambiental para crear conciencia e impulsar un cambio de comportamiento. Su enfoque integral busca combatir la basuraleza desde diferentes perspectivas y establecer alianzas con diferentes actores sociales. En concreto, Libera plantea un abordaje del problema de la basuraleza desde un triple eje de acción: conocimiento, prevención y participación.

 

Conocimiento. Para poder abordar cualquier problema o fenómeno es necesario conocerlo bien. Por esa razón, una de las líneas de actuación de Libera consiste en divulgar conocimiento acerca del origen, comportamiento o áreas de acumulación de la basuraleza.

 

Prevención. El mejor residuo es aquel que no llega a producirse y en el caso de Libera, aquel que no llega hasta los entornos naturales. Una segunda vía de acción del proyecto es la prevención, por medio de campañas de concienciación, sobre la necesidad de mantener limpios los entornos y tener unos comportamientos respetuosos con la naturaleza.

 

Participación. Por último, resolver un problema global como es el de la basuraleza es algo que nos compete a todos. La participación activa, a través de acciones, tanto organizadas como espontáneas, en las que las personas salen a campos y playas a retirar residuos es otra de las líneas maestras de este proyecto.

En definitiva, la función del Proyecto Libera en la solución del problema de la basuraleza es múltiple. Por un lado, actúa como dinamizador y catalizador de voluntades alrededor del problema de los residuos en la naturaleza, canalizando esfuerzos para que se alineen en una misma dirección. Por otro, es un agitador de conciencias, que nos recuerda permanentemente que el cuidado del planeta es una responsabilidad compartida por todos.

 

Cómo evitar la basuraleza, acciones cotidianas

 

En ese esfuerzo común y que desciende en cascada desde las políticas supranacionales y las grandes campañas globales hasta las aportaciones individuales de cada ciudadano, hay múltiples maneras de contribuir a luchar contra la basuraleza. Pequeños gestos que, multiplicados por miles, pueden hacer de nuestros entornos naturales unos lugares más seguros, habitables y saludables. Algunas de esas acciones con las que desde la esfera personal se puede contribuir a evitar la basuraleza son:

Reducir el consumo de plásticos de un solo uso, optar por productos con envases reciclables o reutilizables y reducir el consumo de productos envasados con otro tipo de materiales.

 

  • Utilizar bolsas de tela reutilizables cuando se vaya a la compra.
  • Reciclar correctamente y asegurarse de que los residuos sean recogidos y procesados en los lugares específicamente diseñados para ello, como los contenedores azules y amarillos, en el caso de los envases ligeros domésticos.
  • Practicar la separación de residuos en el hogar y asegurarse de que sean recogidos por los servicios de reciclaje correspondientes.
  • Participar en campañas de sensibilización y educación ambiental para difundir la importancia de evitar la basuraleza.
  • Participar en actividades de limpieza comunitaria en espacios naturales como bosques, ríos, playas o parques.
  • Educar y concienciar a otros, especialmente a los niños, sobre la importancia de mantener un entorno limpio.
  • Apoyar a empresas y emprendedores que promueven soluciones sostenibles y alternativas ecológica.

 

Y, por supuesto, predicar con el ejemplo, no abandonar residuos en los espacios naturales y asegurarse que se recogen los generados para su posterior tratamiento de una forma adecuada.

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