La ética empresarial y la responsabilidad social corporativa son dos partes indispensables dentro de la actividad de una empresa para mejorar la imagen que proyecta y para mostrar su compromiso con el entorno. Ambos conceptos están muy vinculados. Por este motivo, en muchas ocasiones se utilizan como sinónimos cuando, en realidad, hacen referencia a aspectos claramente diferenciados.
¿Qué es la ética empresarial?
La ética empresarial hace referencia al conjunto de valores que una determinada empresa identifica y define como propios. Dentro de este concepto se incluyen también todas las normas y principios que regulan la actividad empresarial que operan en las relaciones -tanto internas como externas- de las compañías. Algunos de los aspectos que incluyen estos códigos son el compromiso con los derechos humanos, el cumplimiento de la legalidad, el respeto a los derechos laborales, la protección del medio ambiente, el derecho a la intimidad y la protección de datos, la seguridad y salud en el trabajo o la transparencia fiscal y contable.
Establecer y velar por el cumplimiento de los códigos éticos sirve de gran ayuda para poner freno a prácticas que pueden dañar a la sociedad, la economía y el entorno. Desde la entrada en vigor de la Ley Orgánica 5/2010 de 22 de junio, en la que se introdujo en el Código Penal la responsabilidad penal de las empresas, han adquirido una especial importancia. Gracias a estas herramientas las empresas pueden prevenir o detectar irregularidades dentro de su actividad.
En un entorno globalizado y, cada vez más digitalizado, es importante que las empresas definan un código ético -tanto interno y externo- que oriente su funcionamiento.
Entre otras cosas pueden ayudarles a:
- Mejorar la imagen pública de la empresa e incrementar el engagement con el público objetivo
- Incrementar el valor de sus productos o servicios mediante la implementación de normas de calidad
- Adquirir un mayor compromiso empresarial, tanto a nivel social como medioambiental
- Conseguir una mejor adaptación de los trabajadores dentro de los centros de trabajo
¿Qué es la responsabilidad social corporativa?
La Asociación para las Naciones Unidas (AUNE) define la responsabilidad social corporativa (RSC) como el compromiso voluntario que las empresas hacen para la mejora social, económica y ambiental. Dentro de ella se engloban un conjunto de prácticas, estrategias y sistemas de gestión empresarial que buscan mantener un equilibrio entre estas dimensiones económicas, sociales y ambientales.
Según el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa la RSC se fundamenta en 5 principios:
- Cumplimiento de la legislación: la RSC implica tanto el cumplimiento de la legislación nacional como de las normas internacionales en vigor como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, las Normas de Naciones Unidas sobre Responsabilidades de las Empresas Transnacionales y otras Empresas Comerciales en la esfera de los Derechos Humanos o las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales.
- Global y transversal: afecta a todas las áreas de la empresa y en todas los puntos geográficos en los que desarrollen su actividad. También afectaría a toda la cadena de valor para el desarrollo de la actividad, prestación del servicio o producción del bien.
- Ética y coherencia: la RSC implica compromisos éticos objetivos que se convierten en obligatorios para quien los contrae. Es necesario que exista coherencia entre los compromisos públicos adquiridos con las estrategias y decisiones de negocio.
- Gestión de impactos: es importante identificar, prevenir y atenuar las posibles consecuencias adversas que puede generar la actividad empresarial en el ámbito social, medioambiental y económico.
- Satisfacción de expectativas y necesidades: es necesario que se generen procesos que integren las preocupaciones sociales, medioambientales y éticas en las operaciones empresariales. De esta forma se conseguirá generar valor, no sólo para los miembros de la empresa, sino también para todos los grupos de interés y la sociedad.
El Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa destaca el carácter pluridimensional de la RSC que afecta a distintos ámbitos de la gestión de la empresa como son los derechos humanos, las prácticas de trabajo y empleo, la protección de la salud, las cuestiones medioambientales, la lucha contra el fraude y la corrupción o los intereses de los consumidores.
Un ejemplo de acción de responsabilidad social corporativa es la sensibilización y educación ambiental. Gracias a ella las empresas consiguen implementar programas de formación ambiental dentro de su organización. De esta forma todas las personas implicadas en el ciclo de actividad empresarial adquieren los conocimientos necesarios y toman conciencia del compromiso de las empresas a implementar procesos productivos sostenibles.
Otro ejemplo serían las políticas adoptadas para mejorar la producción y gestión de los residuos. Un menor consumo de recursos en la actividad de la empresa se traduce en un considerable descenso en la producción de residuos. Con estas medidas se potencia el reciclaje o la reutilización de los residuos, incrementando la vida útil de los recursos. En muchas ocasiones los residuos que ya no sirven para una empresa pueden resultar de utilidad para otras.
En la actualidad son muchas las empresas que llevan a cabo acciones similares. Una de ellas es Mercadona que cuenta con una RSC sustentada en tres pilares: ciudadanía, personas empleadas y medio ambiente. En el ámbito de la ciudadanía, la empresa trabaja por minimizar las molestias ocasionadas por su actividad. Para ello desarrollan labores como la descarga nocturna silenciosa. En relación con las personas empleadas, cuentan con una política de retribución por encima de la media del sector. También apuestan por fomentar la conciliación entre la vida laboral y familiar. En último lugar, en referencia a la vertiente medioambiental uno de los principales puntos de apoyo se encuentra en el uso de instalaciones ecoeficientes.
Otro caso lo encontramos en el grupo Inditex. A nivel interno, para garantizar la RSC, cuenta con un código de conducta contrario a todo tipo de discriminación. También incide en la creación de entornos laborales sanos y saludables. Por su parte, a nivel externo, uno de los puntos en los que se centra su RSD es en hacer contribuciones vía donaciones tanto a la sanidad pública como a organizaciones benéficas.
Ética empresarial y responsabilidad social corporativa: ¿en qué se diferencian?
Aunque se trate de conceptos diferentes lo cierto es que guardan una estrecha relación entre ellos, principalmente porque la responsabilidad social corporativa estaría integrada dentro de la ética empresarial. En este sentido la RSC iría más allá del mero cumplimiento de la legislación en vigor, englobando aquellas actitudes que las compañías asumen de forma voluntaria con el objetivo de contribuir y fomentar el desarrollo social, económico y la protección del medioambiente.
La diferencia entre ambos conceptos radica en que mientras la ética empresarial se entiende como el marco definido por normas, principios y valores que la empresa concreta para el desarrollo de su actividad; la responsabilidad social corporativa se orienta al efecto que la actividad de toda empresa tiene sobre la sociedad y entorno.
Los campos de acción de cada una de ellas también son diferentes. Mientras en el caso de la ética empresarial se centraría expresamente en la empresa y en sus relaciones internas y externas, el de la responsabilidad social corporativa sería más amplio al referirse al impacto que la actividad de la empresa provoca a nivel económico, social y medioambiental en la comunidad a la que pertenece y sobre la que opera.