Nueva normativa de etiquetado del vino

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Pensar en vino es pensar en Europa. En Francia, Italia, España, la rica cultura vinícola se remonta a milenios y hoy sigue igual de vigente o incluso más que en la época de los antiguos griegos y romanos. De hecho, con una producción anual media de 165 millones de hectolitros, la Unión Europea es el principal productor de vino del mundo, un vasto mercado que acumula el 45% de la superficie vitivinícola planetaria, el 64% de la producción y el 48% del consumo. Semejantes cifras dejan clara la importancia que todos los aspectos del vino tienen para el Viejo Continente. Y uno de ellos, que recientemente ha sido sometido a una profunda revisión, es la nueva normativa de etiquetado del vino.

Uno de estos aspectos, que recientemente ha sido sometido a una profunda revisión, es la nueva normativa de etiquetado del vino. En este contexto, la normativa ISO 14024 cobra relevancia. Esta norma, que se centra en los etiquetados ecológicos, establece los principios y procedimientos para desarrollar programas de certificación ambiental, asegurando que los productos etiquetados cumplen con altos estándares de sostenibilidad ambiental. La inclusión de normas como la ISO 14024 en la regulación vinícola europea subraya el compromiso del sector con la sostenibilidad y la transparencia, promoviendo prácticas que beneficien tanto al medio ambiente como a los consumidores.

 

Requisitos de la UE para etiquetas de vino

 

El etiquetado es un elemento clave para garantizar la transparencia y la seguridad alimentaria de los alimentos que llegan al mercado. En el caso del vino, la UE estableció una serie de requisitos, de aplicación a partir del 8 de diciembre de 2023, que deben aparecer en todas etiquetas del vino vendido, de acuerdo a al nuevo Reglamento (UE) 2021/2117:

 

Estos requisitos clave de las etiquetas de vino son: lista de ingredientes y valor nutricional, como grandes novedades, que se unen a los ya existentes de contenido energético y alérgenos e intolerancias.

 

La norma es muy precisa en cuanto a la forma en que deben figurar determinada información relevante. Por ejemplo, establece que en el etiquetado físico es necesario detallar el valor energético por 100 ml junto al símbolo “E” para energía (E= x kJ/ x kcal).

 

Algo parecido sucede con la información sobre cualquier alérgeno, que deberá figurar de forma destacada en la etiqueta del vino bajo la palabra «Contiene»

 

El nuevo reglamento permite dos posibles presentaciones a los productores y distribuidores:

 

● Toda la información presente en la etiqueta física.

● Solo la información sobre alérgenos e intolerancias debe aparecer explícitamente en el producto, mientras que los detalles sobre los ingredientes y aspectos nutricionales y energéticos pueden comunicarse a través de medios electrónicos, como un código QR.

 

Esta información debe estar disponible en las lenguas empleadas en todos los mercados de la Unión Europea donde se distribuyan los productos. Adicionalmente, los países miembros de la UE pueden especificar las lenguas en las que deben aparecer las etiquetas electrónicas.

 

Otros elementos obligatorios en las etiquetas del vino que ya estaban en la anterior normativa son: nombre de la marca y dirección del embotellador o del vendedor, país de origen en el que se ha producido el vino, volumen o contenido neto de la botella, grado alcohólico volumétrico y número de lote.

 

Además, se establecen una serie de normas de etiquetado de obligado cumplimiento:

 

● Legibilidad: toda la información de la etiqueta debe ser clara, legible e indeleble.

● Colocación de la etiqueta: determinada información clave debe aparecer en la etiqueta principal o en un único campo de visión.

 

Códigos QR y etiquetas electrónicas

 

La nueva normativa sienta las bases para aprovechar el potencial de las soluciones de etiquetado electrónico como los códigos QR aplicadas el mercado del vino. Se establece que estos códigos QR y etiquetas digitales sean incluidas en el producto para proporcionar al consumidor información adicional de forma accesible y actualizable. Con ello, se persigue proteger a los consumidores, además de estandarizar la información presentada en las etiquetas de cara a facilitar la comparación entre productos y la transparencia del mercado.

 

Entre las ventajas de la utilización de códigos QR en las etiquetas del vino, destacan:

 

● Amplían la información, ya que permiten enlazar a páginas web con información adicional sobre el vino, sus ingredientes, propiedades y proceso de elaboración.

● Permiten la participación del consumidor: cada vez que un consumidor escanea un código QR tiene la oportunidad de interactuar con la marca, lo que potencia su conocimiento de la misma y profundiza en su conexión con el producto.

● Ayudan a cumplir con la normativa: las soluciones digitales permiten a las bodegas cumplir las normativas que exigen un nivel de información que resulta casi imposible reflejar en una etiqueta física.

● Son actualizables: la información vinculada a través de URL y códigos QR puede actualizarse en tiempo real, lo que permite a las bodegas mantener informados a los consumidores sobre cambios sin necesidad de modificar la etiqueta física.

 

Cambios y adaptación para productores y distribuidores

 

Estas modificaciones en las normas de etiquetado del vino exigen a productores y distribuidores adoptar una serie de cambios para cumplir con los nuevos requisitos de etiquetado ambiental.

 

Rediseño de sus etiquetas. De cara a incorporar la nueva información obligatoria.

● Inversión en tecnología. Para desarrollar las nuevas soluciones de etiquetado electrónico.

● Formación. A su personal y colaboradores externos en los nuevos requisitos relacionados con el etiquetado del vino.

 

En esos procesos resultará fundamental fomentar la colaboración con proveedores especializados y especialistas de cara a agilizar la adaptación a los nuevos requerimientos y aprovechar todo su potencial.

 

Cumplimiento normativo

 

El vino producido en la Unión Europea o importado antes del 8 de diciembre de 2023 no se ve afectado por las nuevas exigencias, y puede seguir vendiéndose en el seno de la UE hasta agotar existencias. Toda la producción posterior a esa fecha debe ajustarse a las nuevas normas. El incumplimiento de las mismas puede dar lugar a sanciones que vienen especificadas en el Capítulo IV, Artículo 89 del el Reglamento 13/08/2013.

 

Normativa de etiquetado de vino en España y la UE

 

El nuevo régimen de etiquetado de vino en España y en la UE viene marcado por el citado Reglamento (UE) 2021/2117, que entró en vigor el pasado 8 de diciembre de 2023. Este Reglamento actualiza y completa a las anteriores normas de aplicación en esta materia: el Reglamento 1169/2001 y el Reglamento 13/08/2013. La nueva normativa de etiquetado de vino exige un nivel más elevado de información en todas las botellas de vino comercializadas en la UE, lo que incide en una mayor transparencia del mercado y facilita decisiones más informadas por parte del consumidor.

 

Estrategias y consideraciones

 

De cara a una adaptación eficaz por parte de productores y distribuidores a los nuevos requisitos de etiquetado del vino, conviene tener presentes algunas consideraciones, especialmente en lo referido a las etiquetas electrónicas:

 

● El reglamento 2021/2117 prohíbe explícitamente incluir software de seguimiento en las etiquetas electrónicas que pueda almacenar datos sobre los clientes.

● Tampoco se permite incluir material comercial o de marketing en la zona reservada a la información obligatoria. Las páginas web a las que se redirija a los consumidores desde una etiqueta electrónica o código QR han de estar libres de este tipo de contenido promocional.

 

Oportunidades para el sector vitivinícola

 

La nueva normativa de etiquetado del vino supone un esfuerzo para la industria, que ha de adaptar sus procesos a estos requerimientos y realizar una serie de inversiones para ello, pero también representa una interesante oportunidad en términos de crecimiento y modernización.

 

● Mejora de la calidad. Las exigencias de una mayor transparencia pueden ser también un incentivo para mejorar la calidad de los procesos productivos y de los propios productos.

● Mejora de la reputación. De igual modo, una mayor información puede tener efectos positivos en la percepción de la marca de cara al exterior, así como en la fidelidad y niveles de confianza de los consumidores.

● Factor de diferenciación. Unas etiquetas más completas pueden ayudar a la diferenciación positiva del producto frente a competidores.

● Impulso a la innovación. De la mano de las soluciones de etiquetado digital, como los códigos QR. Unas soluciones que las empresas del sector pueden extender a otras áreas de su negocio.

 

Impacto del nuevo Reglamento (UE)

 

Como ya hemos visto, el nuevo reglamento (UE) 2021/2117 tiene un impacto significativo en las empresas de este importante sector, por los desafíos y oportunidades que, en términos de inversiones necesarias para la adaptación y nuevas oportunidades de negocio, representa el cambio.

Pero también puede tener un enorme impacto transformador en el futuro de la propia industria. Y es que su llegada inaugura una etapa más madura en lo que se refiere a la transparencia y la trazabilidad del vino, en línea con los pronunciamientos europeos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, cuyo ODS número 2 –Hambre cero– busca, entre otras metas, lograr la seguridad alimentaria.

 

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