Un reciente informe Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), ‘De la contaminación a la solución’, señala que un 85% de la basura marina está formada por plásticos. Ante el dilema de reducir los plásticos de un solo uso, los expertos apuntan que la propuesta no pasa por sustituirlos por otros materiales de un solo uso, ya que estos ni ofrecen suficientes garantías, ni suponen una verdadera solución al problema.
Una alternativa prioritaria es la reutilización, elemento básico para la salud ambiental, que tiene la ventaja añadida de que su rentabilidad, tanto para las empresas como para los consumidores, es mayor. Cuanto mayores sean los índices de reutilización que se logren, menor será el impacto ambiental de estos materiales.
Reducir los plásticos de un solo uso y favorecer la reutilización implica también una producción sostenible que permita al máximo esa reutilización, mediante un ecodiseño que la favorezca. El abastecimiento local, de manera que se eviten en la medida de lo posible los grandes desplazamientos de mercancías por vía aérea, es otro factor que puede favorecer la sostenibilidad y la reducción del impacto ambiental.
El informe Naciones Unidas apunta que es necesario contemplar las circunstancias sociales y geográficas de cara a promover la adopción de medidas alternativas para lograr un planeta más saludable. En ese sentido, factores como la educación o la infraestructura local para gestionar los residuos son aspectos de gran relevancia. Y es que, aunque la prioridad es reforzar la infraestructura de reciclaje y la gestión de residuos, también resulta fundamental promover un uso provechoso de los recursos y un menor consumo de los mismos.
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