Una de las funciones de los envases es ser un canal de comunicación directo con los clientes. Los distintivos ambientales en los envases son una de las informaciones que se incluyen en los envases. A través de estos sellos o etiquetas se ofrece información relativa a las ventajas ambientales de los productos a través de identificadores que reconozcan un menor impacto medioambiental.
La Guía de etiquetado ambiental para envases y embalajes desarrollada por Ecoembes, en colaboración con la Sociedad Pública del Gobierno Vasco IHOBE, contiene un listado en el que se sintetizan los distintos tipos de sistemas de etiquetado ambiental existentes en el mercado. La guía incluye, además, fichas descriptivas de cada uno de ellos para poder identificar sus características.
Ecoetiquetas
Los primeros sistemas empleados por las empresas fueron las autodeclaraciones, en las que se ofrecía información de los productos a través de gráficos o símbolos creados por cada fabricante. Otra variedad de etiquetas que surgieron de forma masiva fueron los sistemas de reconocimiento “Best in Class”. Conocidos habitualmente como ecoetiquetas, estos distintivos se emplean para identificar los productos que garantizan mejor comportamiento ambiental en comparación con otros disponibles en el mercado.
El uso de estas ecoetiquetas ha ido disminuyendo debido, entre otras causas, al gran número de ecoetiquetas existentes y a su complejidad para obtenerlas. Entre los inconvenientes también se incluye la imposibilidad de hacer una comparación entre productos que han obtenido las mismas etiquetas.
Los distintivos ambientales en los envases evolucionaron para poder realizar esta comparación entre productos, incorporando las huellas de carbono e hídrica. Estos distintivos abarcan todo el ciclo de vida del producto teniendo en consideración, tanto los flujos de material y energía empleados, como los residuos, emisiones y vertidos generados.
El último de los grupos en aparecer fueron las declaraciones ambientales, en las que se ofrece información sobre un amplio número de efectos sobre el entorno. Este etiquetado tiene en cuenta los consumos y emisiones presentes durante todo el ciclo de vida del producto.
Las ecoetiquetas ofrecen la información mediante el uso de un logo en el envase. Para obtenerla es necesario cumplir con una serie de requisitos que han sido determinados por entidades reconocidas, y que son de acceso público. Estas exigencias siguen el concepto “Best in class” e identifican los productos con mejor comportamiento ambiental, teniendo en cuenta las mejores tecnologías disponibles en el momento de la concesión del distintivo.
Dentro de las ecoetiquetas encontramos dos grupos
Tipo I
Aparecen regulados por la norma UNE-EN ISO 14024:2001. En estos distintivos se incluyen requisitos que abarcan todo el ciclo de vida en diferentes aspectos ambientales. Para poder obtenerlas hay que cumplir la totalidad de las exigencias. Un ejemplo de esta etiqueta es el distintivo Etiqueta ecológica de la Unión Europea.
Semitipo I
Este sistema se centra en aspectos ambientales específicos. No están sujetas a una legislación específica y son creadas y gestionadas por asociaciones sectoriales o de fabricantes o por organizaciones sociales. En ellas se proporciona información sobre algunas de las características ambientales de los productos. Un ejemplo de esta etiqueta es la del Consejo de Administración Forestal, más conocido por sus siglas en inglés FSC.
Autodeclaraciones o etiquetas tipo II
Las autodeclaraciones, también conocidas como etiquetas Tipo II, se regulan por lo establecido en la norma UNE-EN ISO 14021:2017. El principal inconveniente de este sistema de etiquetado es que, al ser declaraciones de envases voluntarias de las compañías, la información no está avalada por terceras partes independientes. La normativa que las regula exige, entre otros requisitos, que el declarante debe responsabilizarse de la evaluación y facilitar los datos necesarios para verificar la autodeclaración, o que los distintivos se distingan fácilmente de otros símbolos. Un ejemplo de esta autodeclaración es el triángulo de Möbius representado por un triángulo con tres flechas que representan las fases del reciclaje.
La propia UNE-EN ISO 14021:2017 establece que “esta norma internacional no excluye, anula o modifica -de ninguna manera- la información, declaración o etiquetado ambiental requerido legalmente, o cualquier otro requisito legal aplicable”.
Declaraciones ambientales de producto
En este grupo de distintivos ambientales en los envases se aporta información sobre un amplio número de impactos ambientales del producto a lo largo de su ciclo de vida. Para ello se tienen en cuenta todas las entradas y salidas de consumos y emisiones presentes -desde el inicio del proceso de fabricación, incluyendo la extracción de materias primas-. Dentro de estos distintivos se incluye una mayor cantidad de información ambiental y permiten que los usuarios puedan establecer comparaciones entre los distintos productos.
Estas declaraciones ambientales de producto incluyen información muy exhaustiva en distintas categorías de impacto ambiental. Además de ello, también pueden contener información sobre la propia empresa. En ocasiones, debido a su extensión y complejidad, no es posible recoger toda esa información en los envases, por lo que sólo se muestra el distintivo del programa utilizado. En otras ocasiones los fabricantes remiten a la información de la Declaración ambiental mediante un código QR. Las etiquetas tipo III son voluntarias y es necesaria la verificación y revisión por parte de un organismo independiente.
A diferencia de los anteriores sistemas, no establecen unos criterios mínimos por cumplir. Además de ello, las declaraciones ambientales ofrecen información más detallada que en el resto. En ellas se muestran datos cuantitativos de los indicadores de impacto ambiental obtenidos en el análisis del ciclo de vida del producto.