Cómo gestionar los residuos en un modelo de Economía Circular

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Según datos de las Naciones Unidas, los seres humanos generamos más de 2.000 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos cada año, de los cuales el 45% se gestiona de manera inadecuada (1). Estos desperdicios suponen una grave amenaza para los ecosistemas y la biodiversidad y son una fuente persistente de contaminación y problemas de salud pública, una brecha de ineficiencia desde el punto de vista empresarial. Ante este panorama, resulta imprescindible cambiar la manera en que las sociedades modernas gestionan (o, en muchos casos, no gestionan) esos residuos. Desde hace unos años una nueva y pujante corriente económica está tratando de darle la vuelta a esa concepción lineal de la producción y consumo de bienes que nos ha conducido a convertir los residuos en un problema global. En este artículo analizaremos cómo gestionar los residuos en un modelo de economía circular.

 

¿Por qué es crucial gestionar los residuos de manera circular para las empresas?

 

Una gestión circular de los residuos implica poner los medios para tratar de aprovechar esos desperdicios y restos en lugar de simplemente abandonarlos. El planteamiento de la economía circular respecto a los residuos se basa en la teoría de las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar (2). En la práctica, este enfoque implica reducir los residuos al mínimo, de tal manera que cuando un producto llega al final de su vida sus materiales se mantengan dentro de la economía, siempre que sea posible, a través del reciclaje (3).

Para las empresas es vital evolucionar hacia este modelo si no quieren quedar desconectadas de la realidad de su entorno, las expectativas generadas entre sus grupos de interés y las necesidades tanto del planeta como de las actuales circunstancias de los modelos productivos.

 

Estrategias para la gestión circular de residuos

 

La Estrategia Española de Economía Circular, España Circular 2030 (6) sienta las bases para impulsar un nuevo modelo de producción y consumo en el que el valor de productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, se reduzcan al mínimo la generación de residuos y se aprovechen con el mayor alcance posible aquellos que no se pueden evitar. Esta Estrategia se marca una serie de objetivos como son:

 

  • Reducir en un 30% el consumo nacional de materiales en relación con el PIB, tomando como año de referencia el 2010.

 

  • Reducir la generación de residuos un 15% respecto de lo generado en 2010.

 

  • Reducir la generación residuos de alimentos en toda cadena alimentaria: 50% de reducción per cápita a nivel de hogar y consumo minorista y un 20% en las cadenas de producción y suministro a partir del año 2020.

 

  • Incrementar la reutilización y preparación para la reutilización hasta llegar al 10% de los residuos municipales generados.

 

Además, dentro del Eje de actuación “Gestión de los Residuos”, la estrategia establece: “Aplicar de manera efectiva el principio de jerarquía de los residuos favoreciendo de manera sustancial la prevención (reducción), la preparación para la reutilización y el reciclaje de los residuos”.

Dicha jerarquía de residuos viene recogida en el Artículo 8 de la Ley 7/2022, de 8 de abril, de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular (7), y constituye una hoja de ruta a seguir por las empresas en su estrategia hacia una gestión circular de sus residuos,

La jerarquía se presenta en forma de pirámide invertida, de tal manera que las opciones preferibles se encuentran al parte superior, y las menos idóneas en la inferior (8):

 

  • Prevención. Medidas adoptadas antes de que una sustancia, un producto o un material se convierta en un residuo, que reducen: la cantidad de residuos, también mediante la reutilización de los productos o la ampliación de su ciclo de vida; los efectos adversos de los residuos generados sobre el medio ambiente y la salud humana; o el contenido de sustancias peligrosas en materiales y productos.

 

  • Preparación para la reutilización. Operaciones de valorización consistentes en la comprobación, limpieza o reparación, mediante las cuales productos o componentes de productos que se han convertido en residuos se preparan para que puedan reutilizarse sin ninguna otra transformación previa.

 

  • Reciclado. Toda operación de valorización mediante la cual los materiales de residuos son transformados de nuevo en productos, materiales o sustancias, tanto si es con la finalidad original como con cualquier otra finalidad. Incluye la transformación del material orgánico (p. ej., compostaje), pero no la valorización energética ni la transformación en materiales que se vayan a usar como combustibles o para operaciones de relleno.

 

  • Valorización para otros fines (p. ej., valorización energética). Cualquier operación cuyo resultado principal sea que el residuo sirva a una finalidad útil al sustituir a otros materiales que de otro modo se habrían utilizado para cumplir una función particular, o que el residuo sea preparado para cumplir esa función, en la instalación o en la economía en general.

 

  • Eliminación. Cualquier operación que no sea la valorización, incluso cuando la operación tenga como consecuencia secundaria el aprovechamiento de sustancias o energía (p. ej., vertido o incineración)

 

Recursos para la gestión circular de residuos

 

Además de las anteriores estrategias, las empresas disponen de otros recursos para ayudar a esa gestión circular de sus residuos.

 

  • Ecodiseño. El 80% de la huella ambiental de un producto se determina en su fase de diseño. Las técnicas de ecodiseño permiten reducir ese impacto del producto a lo largo de toda su vida útil. El ecodiseño resulta clave para reducir el peso, el tamaño o la cantidad de materiales utilizados para la fabricación de un producto, facilitar su transporte y almacenamiento o propiciar su reciclaje al final de su vida útil.

 

  • Tecnologías de reciclaje. La innovación está muy presente en los procesos de economía circular. Muchos de los esfuerzos en este campo se están dirigiendo hacia la búsqueda de nuevos materiales y técnicas de reciclaje, tanto mecánico como químico, que permitan reutilizar esos residuos e incrementar su vida útil.

 

  • Colaboración. Las empresas no deben ni pueden afrontar el reto de cómo gestionar los residuos en un modelo de economía circular en solitario. La colaboración con otras empresas, asociaciones y entidades, tanto públicas como privadas, para compartir experiencias y conocimientos y explotar sinergias es fundamental para poder avanzar rápidamente en esa senda circular.

 

  • Campañas de concienciación. En esa mirada amplia hacia el exterior, la ciudadanía también desempeña un papel relevante. La participación ciudadana es otra de esas palancas que pueden acelerar la transformación circular. Las campañas empresariales de sensibilización ciudadana, por ejemplo, en materia de recogida selectiva de residuos urbanos, es otra vía para impulsar la adopción de modelos circulares respecto a los residuos.

 

Beneficios de gestionar los residuos de manera circular

 

La concepción regenerativa de gestionar los residuos de manera circular supone numerosas ventajas, tanto para las empresas que eligen este enfoque, como para su entorno y la sociedad en general. Entre esos beneficios destacan:

 

  • Responsabilidad corporativa. Elegir la economía circular implica abrazar la rendición de cuentas y la condición de empresa que asume responsabilidades de las consecuencias de sus acciones. En este caso, la de los efectos que los residuos que generan sus actividades producen en el entorno y en sus propios procesos productivos.

 

  • Reducción de la huella ambiental. El modelo circular, ya sea a través de la reducción de residuos, de la reutilización de materiales o de su reciclaje para darles una segunda vida en forma de nuevas materias primas y productos, permite reducir la huella ambiental de las empresas.

 

  • Reducción de la extracción de materias primas. La reutilización de recursos también facilita reducir la extracción de materias primas necesarias para alimentar los sistemas productivos.

 

  • Resiliencia frente a imprevistos. Esa ruptura con la dependencia de materias primas externas permite a las compañías ser más resilientes y robustas ante la eventualidad de posibles problemas de desabastecimiento, incremento de precios, crisis energéticas o de cualquier otro ámbito.

 

  • Conexión con la comunidad. Este mejor trato al entorno y una concepción más sostenible de los sistemas productivos articulan una mejor y mayor conexión con los grupos de interés. Por ejemplo, con las comunidades locales en las que están instaladas las industrias, que perciben las actividades empresariales más alineadas con el cuidado del entorno y el bienestar común.

 

  • Optimización de procesos. La gestión circular de los residuos facilita optimizar los procesos productivos para reaprovechar materiales recuperados y residuos reciclados, lo que se traduce en un ahorro de costes operativos.

 

  • Impulso a la innovación. La circularidad de los residuos no es algo que llegue por sí solo. Implica un esfuerzo consciente y sostenido en el tiempo en innovación, en la búsqueda permanente de nuevos materiales, metodologías de tratamiento y tecnologías de reciclaje. Un esfuerzo en innovación del que se benefician todas las áreas de la empresa y que tiene un reflejo directo en su competitividad.

 

  • Cumplimiento normativo. La economía circular evoluciona de forma paralela a una legislación ambiental compleja y exhaustiva en Europa. En España, algunas de las últimas normas de referencia, como la Ley 7/2022, de 8 de abril, de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular (5), incluso llevan el concepto de incorporado en su nombre. Ajustarse a esos parámetros facilita a las empresas evitar sanciones y sobresaltos derivados de posibles incumplimientos en materia de residuos. 

 

 

El futuro de la gestión de residuos en un mundo más circular

 

La gestión de residuos se ha convertido en una prioridad para la UE y en un territorio propicio para la innovación. Estos son algunos de los grandes desafíos que afronta esta dimensión de la gestión empresarial de cara a los próximos años.

 

  • Innovación. La innovación seguirá marcando el rumbo de la gestión circular de residuos. Las compañías deben seguir trabajando para encontrar mejores y más eficientes metodologías y tecnologías de reciclaje que les sirvan para hacer más (producto) con menos (materias primas primarias y recursos naturales).

 

  • Normativa. Tras unos años marcados por una profusa regulación en Europa en materia ambiental, la tendencia actual parece dirigirse hacia una simplificación de esa normativa que facilite a las empresas seguir avanzando en la circularidad sin perder competitividad ni oportunidades.

 

  • Sistemas. Los sistemas de recogida selectiva de residuos, como los distintos Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP), operados por entidades como Ecoembes (5), seguirán evolucionando y mejorando sus procesos para operar de manera más cohesionada, eficiente y con mayor impacto.

 

Referencias

(1) https://www.unep.org/es/noticias-y-reportajes/comunicado-de-prensa/primer-dia-internacional-de-cero-desechos-fortalece-las

(2) https://reducereutilizarecicla.org/las-3rs/

(3) https://www.europarl.europa.eu/topics/es/article/20151201STO05603/economia-circular-definicion-importancia-y-beneficios

(4) https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2022-5809

(5) https://ecoembesempresas.com/?gad_source=1&gad_campaignid=22412925997&gbraid=0AAAAADEsWUKYlB3MmKxC13Cg8nfC7XiGD&gclid=Cj0KCQjwoZbBBhDCARIsAOqMEZWB9F8LNgKVaa8oAqU-LR4o0wpydD4sdTgiwD-eYQhrVmSo1Q5Uk_UaAjHVEALw_wcB

(6) https://www.miteco.gob.es/es/calidad-y-evaluacion-ambiental/temas/economia-circular/estrategia.html

(7) https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=LEGISSUM%3Awaste_hierarchy

(7) https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2022-5809