ESG y sostenibilidad en el sector agroalimentario

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Desde hace ya un tiempo las siglas ESG (o, si se prefiere su versión española, ASG) están muy presentes en el debate empresarial de prácticamente todos los sectores de actividad. Y es que en muy pocos años los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno, que son los conceptos que están detrás de estas iniciales, han pasado de ser referencias aisladas en informes de sostenibilidad realizados por activistas y técnicos medioambientales a marcar el rumbo de las políticas y estrategias de las mayores empresas del mundo y hasta a determinar las decisiones de inversión de los principales fondos de inversión. Pero ¿qué son y cómo surgen los criterios ESG y sostenibilidad influye en las actividades, por ejemplo, del sector agroalimentario? Trataremos de dar respuesta a estas y otras preguntas en este post.

 

ESG y sostenibilidad, qué es 

 

El gobierno ambiental, social y corporativo supone abordar la actividad empresarial bajo un enfoque que tiene en la sostenibilidad, entendida del modo más amplio posible, su principal guía. La aplicación de criterios ESG y sostenibilidad supone poner límites a las actuaciones empresariales para que estas no solo perjudiquen lo menos posible al medioambiente, al entorno social y, en general, a los grupos de interés de la compañía, sino que, en la medida de lo posible, favorezcan sus intereses. Ambos implican la introducción de criterios éticos a las decisiones empresariales, de manera que estas no solo se ajusten a los dictados de la ley, sino también a los del bien común. Para lograrlo, las empresas han de transformar tanto los criterios ESG como la sostenibilidad en objetivos concretos y medibles.

En un principio, ambos eran un capítulo incluido en las políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de las compañías, si bien a medida que su presencia ha ido ganando peso en el discurso empresarial como consecuencia de un cambio de tendencia en la sensibilidad social y en la regulación de estas materias, cada vez abarcan más más espacio dentro de las estrategias globales corporativas.

 

 

ESG y sostenibilidad: origen

 

El concepto ESG comenzó a fraguarse en los años 80 del siglo pasado cuando la teoría económica imperante desde hacía dos décadas, basada en el culto a la maximización del beneficio empresarial y representada por el premio Nobel de economía Milton Friedman, es desafiada por un nuevo planteamiento, defendido por otro norteamericano, Edward Freeman. Mientras que la doctrina tradicional de Friedman sostenía que la única responsabilidad social que cabía exigir a una empresa era la de ganar dinero, ya que esa era, según su tesis, la mejor forma que tenía de contribuir al bien común, Freeman plantea una nueva visión según la cual la cuenta de resultados o el valor de sus acciones no son ni mucho menos los únicos lugares hacia los que debe dirigir su atención una organización. De esta manera queda planteado el debate en términos de shareholders (accionistas) vs stakeholders (grupos de interés). De la atención a estos últimos, entre los cuales, además de los accionistas también figuran trabajadores, clientes, Administraciones Públicas, grupos de presión o la sociedad en general, surgen los actuales ESG y la preocupación corporativa por la sostenibilidad.

 

ESG y sostenibilidad en el sector agroalimentario

 

Uno de los sectores en el que ESG y sostenibilidad juegan un papel determinante es el agroalimentario. Con una población mundial que podría alcanzar los 9.000 millones en 2050 y unos recursos finitos para alimentar a esa ingente cantidad de seres humanos, la importancia de esta industria es capital para el futuro del planeta. Impacto ambiental y contaminación, agricultura y ganadería sostenibles, deforestación, comercio local, salud de las personas, bienestar animal, suministro de agua y alimentos, trabajo y economía, desarrollo rural, consumo responsable, gestión de residuos, trazabilidad de los alimentos y materias primas… Todos esos elementos y muchos más, vinculados directamente a los parámetros ESG, entran en juego en un sector esencial y que es especialmente sensible a las cuestiones sostenibles.

Según el informe ‘La transformación sostenible del sector agroalimentario’, elaborado por Women Action Sustainability (WAS) y KPMG, los aspectos relacionados con las cuestiones ambientales, como el cambio climático, la economía circular o el uso de materias primas representan hoy el mayor desafío para las empresas del sector. El trabajo asegura que la industria agroalimentaria es una de las más importantes para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), para lo cual debe apostar sin dilación por la descarbonización, la economía circular, la innovación o la digitalización. En cuanto a las palancas que pueden ayudar a acelerar este proceso, los autores del informe señalan la necesidad de dar incentivos a las empresas que apuestan por la sostenibilidad –como los fondos europeos–, la colaboración estrecha a lo largo de toda la cadena de valor o el compromiso de la alta dirección con ese proceso de transición sostenible.

 

 

Situación europea

                               

Europa ha fijado una hoja de ruta para el sector agroalimentario en clave ESG y sostenibilidad. Una estrategia que plasma a través del Pacto Verde y que incluye políticas como «De la granja a la mesa», con medidas orientadas al desarrollo de cultivos ecológicos o a la reducción del uso de plaguicidas químicos. Esta estrategia europea se marca objetivos como que el 25% de la superficie agraria de la UE sea ecológica en 2030.

 

Avances en el sector agroalimentario en España

 

En 2022, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) ha presentado su primera Memoria de Sostenibilidad. El documento recoge los principales avances del sector en materia de ESG y sostenibilidad.

 

  • Desde el año 2014, el sector ha reducido en un 8,2% sus emisiones y ha mejorado su eficiencia energética en un 13,4%.
  • El 9,2% del total de la energía consumida en el sector en 2019 procedió de fuentes renovables.
  • Desde el año 2014, la industria ha reducido en un 20% el consumo hídrico, lo que equivale a un ahorro de 14 millones de m3 de agua.
  • Desde el año 2014, las empresas del sector han reducido su generación de residuos en un 10,3%, lo que equivale a un ahorro de más de 21.000 toneladas.
  • Tres de cada cuatro empresas aprovechan los subproductos que se generan durante sus procesos productivos y cuatro de cada cinco tienen acuerdos con otras entidades para la donación de sus excedentes alimentarios.
  • Por último, la FIAB recuerda que la industria de alimentación y bebidas es el quinto sector con mayor número de empresas comprometidas con los ODS, con un porcentaje del 89%.

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