Sin bosques estamos condenados a la extinción. Así de sencillo. La protección de la vida forestal es una absoluta prioridad para la humanidad ya que la alternativa es terrible: pérdida de biodiversidad, destrucción del hábitat de miles de especies y aceleración del cambio climático. En los últimos 30 años, se estima que solo en el Amazonas se han perdido 70 millones de hectáreas de selva. Una amenaza de la que el ser humano es el principal responsable, ya sea por acción directa (indiscriminadas explotaciones ganaderas, agrícolas o de construcción) o indirecta (incremento de los incendios por efecto de las sequías y la subida de las temperaturas). Afortunadamente, los árboles no se encuentran solos en su lucha por su supervivencia, que es la de todos, y que desde muy diversos ámbitos se están poniendo los medios para asegurar que la Tierra siga teniendo pulmones naturales para respirar. En el ámbito industrial y empresarial una de esas palancas de protección es la certificación de cadena de custodia para envases.
¿Qué es la certificación de cadena de custodia?
Una certificación de cadena de custodia es un proceso de evaluación que garantiza la trazabilidad de los productos de origen forestal a lo largo de todo el proceso productivo. Es decir, desde que las materias primas son extraídas del bosque hasta que estos llegan al consumidor final. Este tipo de certificaciones acreditan que las maderas, papeles, corchos, cortezas, resinas y otros derivados de origen forestal empleados en la fabricación de cualquier tipo de producto proceden de bosques gestionados de manera sostenible.
El objetivo de una certificación de cadena de custodia es garantizar que estos productos cumplen con una serie de requisitos de responsabilidad ambiental, social y económica, no solo en el momento de la extracción, sino también a lo largo de los distintos procesos de transformación a los que son sometidos durante su fabricación y puesta a disposición del consumidor.
¿Quién se somete a la certificación de cadena de custodia?
La certificación de cadena de custodia es voluntaria y son las empresas quienes libremente deciden someterse a ella para garantizar la trazabilidad de sus productos forestales. Obtener esta certificación permite a las compañías etiquetar sus productos con un sello distintivo que lo identifica y diferencia de otros productos que no han seguido esos mismos principios medioambientales. De esta forma, los consumidores tienen la certeza de que el producto que están adquiriendo ha seguido un camino sostenible y respetuoso con el bosque a lo largo de toda la línea de producción forestal, desde el árbol hasta el estante de la tienda. Con esta certificación de cadena de custodia las empresas muestran y demuestran su compromiso con la trazabilidad de sus productos y el respeto al medioambiente.
¿Quién emite la certificación de cadena de custodia?
Existen dos normas con respectivas certificaciones de cadena de custodia: FSC (Forest Stewardship Council) y PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification), ambas son emitidas por sendas organizaciones internacionales sin ánimo de lucro.
Fundada en 1993 en Toronto, FSC (Forest Stewardship Council) está impulsada por organizaciones gubernamentales, comerciales y ambientales como el Fondo Mundial para la Naturaleza. Por su parte, PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification) nació en 1999 como respuesta a las necesidades específicas de los pequeños propietarios de explotaciones forestales. Sus 35 sistemas nacionales de certificación forestal representan más de 240 millones de hectáreas de bosques certificados, por lo que es el sistema de certificación forestal más grande en el mundo.
Tanto una como otra referencia permiten certificar la procedencia sostenible de las materias primas con las que se fabrica un producto de origen forestal, así como que los procesos de transformación de estas con otros materiales no certificados se realizan de acuerdo a unos protocolos y requisitos establecidos por dicha cadena de custodia.
El precio medio de ambas certificaciones se encuentra entre los 4.500 y los 5.100 €.
¿Quién obtiene la certificación de cadena de custodia?
La certificación de cadena de custodia está dirigida a todas aquellas empresas que fabriquen, procesen, manipulen o comercialicen productos forestales. La certificación garantiza la trazabalidad del producto desde el mismo momento en que este sale del bosque y siempre que se produzca un cambio de propiedad del producto.
Certificación de cadena de custodia para envases: estándares de aplicación
Las certificaciones de cadena de custodia se rigen bajo unos estándares que determinan los requisitos para que las empresas puedan procesar y vender productos marcados con esta etiqueta. Dichos estándares incluyen, entre otros aspectos, un sistema de control de materiales, la designación de un responsable del sistema, procedimientos documentados, formación al personal o el establecimiento de sistemas de seguridad y salud laboral.
Certificación de cadena de custodia: embalaje
Los envases y embalajes de papel, cartón o madera son, por supuesto, susceptibles de someterse a la certificación de cadena de custodia. Es importante remarcar que ésta cubre todo el espectro de fabricación sin excepción. Es decir, que cualquier empresa involucrada en el proceso de venta o procesamiento de embalajes con certificación de cadena de custodia, ya sea responsable de su fabricación, etiquetado, manipulado o adición de otros componentes forestales al producto, necesita contar con la certificación de cadena de custodia para que ese producto pueda llevar el distintivo correspondiente.
Una aclaración importante acerca de esta cuestión hace mención a las empresas envasadoras de alimentos. Si una empresa envasa un producto alimenticio que ya cuenta con la certificación de cadena de custodia y durante el proceso de envasado no transforma, etiqueta ni añade nuevos elementos de origen forestal a ese envase no necesitará a su vez acreditarse.