Bioeconomía: objetivos, ventajas, ejemplos y estrategias

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La bioeconomía es la producción y utilización de recursos biológicos para generar los productos y servicios que necesitan todos los sectores económicos. Siempre con la finalidad de avanzar hacia una economía sostenible.

 

Este modelo favorece que la ciudadanía cuente con los recursos que necesita, sin dañar el medioambiente, evitando la sobreexplotación de recursos naturales e impulsando la circularidad y la seguridad alimentaria.

 

¿Para qué sirve la bioeconomía?

 

La bioeconomía sirve para reducir la dependencia de combustibles fósiles. Limita la sobreexplotación de recursos naturales básicos. Mejora el medioambiente y mitiga el cambio climático.

 

Favorece la circularidad y reutilización de desechos, convirtiéndolos en una nueva materia útil para la generación de otros productos, así como aprovechar los recursos biológicos renovables. En definitiva, tiene un impacto global porque:

 

  • Permite avanzar hacia una economía y un desarrollo económico sostenible, dado que contribuye a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Las cadenas de producción basadas en bioproductos, biocombustibles y bioenergía favorecen la eficiencia en la producción y permiten a productores primarios y consumidores desarrollarse respetando sus necesidades y derechos.
  • En línea con lo anterior, favorece el desarrollo de industrias y empleo en zonas rurales, puesto que gran parte de los recursos biológicos se encuentran en estas áreas (madereros, animales, vegetales, acuáticos, hongos, bacterias, etc.).
  • Prioriza la circularidad y sostenibilidad, lo que sirve para optimizar recursos y los procesos de producción. En consecuencia, supone un freno para el deterioro de los ecosistemas naturales y el cambio climático.

 

Según datos de Joint Research Center (Centro Común de Investigación de la Comisión Europea), el sector de la bioeconomía en España generó en 2017 más de 219.000 millones de euros, más de 65.000 millones de valor añadido y contaba con 1,42 millones de empleos.

 

Bioeconomía: objetivos, ventajas, ejemplos y estrategias

 

¿Cuáles son las ventajas de la bioeconomía?

 

El actual modelo económico basado en la economía circular enfrenta el gran reto de producir bienes y servicios sin que esto suponga un deterioro de los recursos naturales.

 

La bioeconomía permite la obtención de los alimentos y bienes que necesita la sociedad sin ese deterioro. Lo que permitiría un uso continuado pero sostenible de los recursos. Esta sería una primera ventaja. Pero hay más:

 

  • Permite reducir emisiones de Gases de Efecto Invernadero, favoreciendo una mejor calidad de vida. Esto permitiría reducir costes de atención en sanidad u otros recursos públicos comunes, que podrían ser más eficientes.
  • Impulsa las energías renovables. España tiene en la actualidad unas muy buenas condiciones climáticas para aprovechar el desarrollo de estas energías, y reducir la dependencia de combustibles fósiles.
  • Permite la expansión de la industria verde, entendida como aquellas innovaciones tecnológicas que ayudarían a desarrollar procesos de circularidad y sostenibilidad. Lo que, a su vez, genera empleo y riqueza. Incidiendo especialmente en zonas rurales con dificultades para afianzar en sus territorios otro tipo de industrias.

¿Qué es la bioeconomía circular?

La bioeconomía circular va un paso más allá. Propone la creación de productos de base biológica que, desde su diseño y conceptualización, se adapten a los flujos y procesos de la economía circular.

 

Es decir, propone la fabricación de bienes que sean renovables, reutilizables y/o reciclables y que, al mismo tiempo, también sean biodegradables. Así lo argumentan los investigadores del Instituto Forestal Europeo, de la Universidad Católica de Lovaina y de la Universitat Politècnica de València en su estudio ‘Perspectivas de una bioeconomía forestal en el mediterráneo’.

 

Aplicar principios de circularidad a la producción, conservación y uso de recursos biológicos también se encuadraría dentro del concepto de bioeconomía circular.

 

En consecuencia, el modelo es beneficioso para el medio ambiente. En primer lugar, porque optimiza el uso de los recursos. Es un sistema que favorece la reducción de la huella de carbono en cualquier actividad, así como la necesidad de combustibles fósiles. Por último, permite también una valorización de los recursos.

 

En otro trabajo, ‘La economía circular en América Latina y el Caribe. Oportunidades para fomentar la resiliencia’, se plantea la bioeconomía circular como una de las soluciones a los problemas alimentarios que se derivan del crecimiento demográfico, el cambio climático o la escasez de recursos naturales, como por ejemplo el agua.

 

Porque una estrategia de bioeconomía circular, en opinión de los autores de este trabajo, serviría para favorecer una agricultura regenerativa y, en consecuencia, sostenible.

Retos y oportunidades de la bioeconomía circular

En la citada investigación sobre economía circular en América Latina y el Caribe, los autores Patrick Schröder, Manuel Albaladejo, Pía Alonso Ribas, Melissa MacEwen y Johanna Tilkanen exponen las siguientes oportunidades que plantearía el desarrollo de la bioeconomía circular:

 

  • Ecosistemas ricos en biodiversidad pueden pasar a ser la nueva base sobre la que producir bioproductos sostenibles.
  • Podría ayudar a revertir procesos de deforestación.

 

Estos beneficios derivados de una paulatina implantación de sistemas de bioeconomía circular también enfrentarán, según estos mismos autores, algunos retos:

 

  • Lograr un uso sostenible de biomasa que no afecte a la protección de los ecosistemas y biodiversidad.
  • Transformar los modelos de agricultura a gran escala en sistemas de producción sostenibles.
  • Establecer un marco para un uso y explotación responsable de biomasa.

Ejemplos de bioeconomía

 

El cultivo de algas marinas es un buen ejemplo de bioeconomía. Por un lado, sirve como base para crear productos cosméticos o alimentos. Al mismo tiempo, pueden utilizarse como bioestimulantes. Es decir, sustancias que aceleran procesos naturales en agricultura para obtener mejores cosechas. Además, este tipo de cultivos capturan dióxido de carbono.

 

En resumen, se utiliza un recurso biológico para la producción de bienes que necesita la sociedad. Tiene en cuenta la circularidad, dado que puede aprovecharse también en la agricultura. Y con un impacto positivo sobre el medioambiente al capturar CO2.

 

Las biorrefinerías serían otro ejemplo de bioeconomía. En ellas se genera energía, productos químicos y combustibles a partir de materia orgánica. En España existen proyectos que ya trabajan en el aprovechamiento de residuos sólidos urbanos para convertirlos en bioproductos.

 

Más común es la recolección de aceite reutilizado para la generación de biocombustible. En este caso, se evita la explotación de otros recursos finitos para generar energía. Que sí se consiguen a partir de elementos que iban a ser desechados.

 

Estrategia española de bioeconomía horizonte 2030

 

España tiene su estrategia nacional para la agenda del 2030 llamada Estrategia de Bioeconomía Horizonte 2030, que busca frenar el cambio climático, reducir la dependencia de combustibles fósiles y acometer un abastecimiento sostenible de alimentos, bienes y servicios.

 

Se divide en objetivos estratégicos y operativos. Los primeros tratan de mejorar la competitividad de las empresas del sector, favorecer su innovación y desarrollar todo el potencial de esta industria a 15 años vista.

 

Respecto a los objetivos operativos, se fomentará la colaboración entre administraciones y sectores productivos. Se promoverá la interacción con empresas de ámbito internacional, tanto públicas como privadas. Y se facilitará la creación y consolidación de empresas de base tecnológica que aumenten el conocimiento científico en el sector.

 

Bioeconomía: objetivos, ventajas, ejemplos y estrategias

 

Estrategia europea

 

La bioeconomía también es una prioridad para la Comisión Europea desde el año 2012, momento en el que se aprueba la Estrategia Europea de Bioeconomía.

 

Esta norma ha sido actualizada posteriormente con un plan de acción aprobado en 2018 para el desarrollo de la bioeconomía sostenible y circular.

 

El objetivo es impulsar un cambio en la manera en que se producen y consumen productos en los países miembros de la Unión. Entre las medidas más recientes dentro de la estrategia europea encontramos:

 

  • Directiva sobre fuentes de energía renovables, que establece el objetivo de que el 40% de la energía en los países de la Unión sea generada por renovables en 2030.
  • Estrategia forestal de la Unión Europea, que apoya la bioeconomía forestal y el uso de biomasa. Esta Estrategia incluye un plan para plantar tres mil millones de árboles de aquí a 2030.
  • Impulso de proyectos con soluciones innovadoras en materia biológica, con 2.000 millones de financiación público-privada.

 

Unas medidas con las que la Unión Europea espera generar un millón de nuevos empleos verdes hasta 2030, especialmente en zonas rurales y costeras. Además de convertir a la Unión Europea en el primer continente neutro desde el punto de vista climático en 2050.

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